Empecemos por la gente, aunque el núcleo principal continúa, hay muchos que se quedaron por el camino, pero ahora hay incorporaciones que me parecen insustituibles. (love u guys).
La forma de escuchar música. Recuerdo que hace 10 años me parecía “lo más” cuando venía mi amiga con sus cintas de mezclas, canciones que había bajado del e-mule y había pasado del ordenador al cassette, ¡estábamos preparados para la vida moderna!
En esta fiesta escuchamos una lista de reproducción del Spotify, cargada en un smartphone, conectada a unos altavoces tamaño king size. Y si no era suficiente, había un portátil preparado con diferentes lista de itunes ¡qué el ritmo no pare!
Los temazos no cambian. Es normal, pasan los años, conoces nuevos grupos, pero los clasicazos permanecen inmutables. Sonaros Les Biscuits Salés, y cantamos como si fuera el hit del año, bailamos Los Planetas, Ellos, La casa azul… ¡hasta Siete y Medio! Déu meu sinyó! La de tiempo que no escuchaba algunos temas. Las moderneces varias tampoco faltaron The Strokes, Tempelton, Beirut, M.I.A., Friendly Fires. Da igual la década, las compilations siempre son insuperables.
Smile! Hace diez años llevábamos nuestras cámaras, con carrete, preparando cada foto, no había opción de decir “otra, que en esta sales con los ojos cerrados”. No teníamos más remedio que esperar a que se revelaran. Y si nos gustaba alguna, luego íbamos con el negativo a hacer copias. Ahora no, el día siguiente del cumpleaños ya teníamos las fotos colgadas, etiquetadas y comentadas en facebook. Pero lo retro es moderno, así que, además de cámaras digitales, teníamos una cámara polaroid y una lomográfica, para que todo quede registrado… por si se nos olvida algo, que la vejez es muy mala.
Las conversaciones. Sin duda lo que marcó la diferencia espacio temporal más grande de la noche fue escuchar de la boca de una de mis mejores amigas “yo, que soy madre…” antes de seguir con su argumentación Sí, es madre, de un niño precioso además. Hablar de trabajo, bodas, divorcios y nacimientos era impensable hace 10 años, nuestra única preocupación eran las fechas y el cartel del FIB de cada año. Espera, ahora también, eso no ha cambiado…
